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sábado, 24 de junio de 2017

A LEOPOLDO LUGONES - un poeta de tu talla, Alba Oliva, Buenos Aires, Argentina

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Imagen de: El Cuco Digital


A LEOPOLDO LUGONES - un poeta de tu talla


Entraste en la habitación oscura,
La misma que hoy me cobija,
Donde recliné mis sienes en la cama,
Quizás dormiste esa tarde aciaga,
Donde crispé mis manos de congoja,
Ante el vislumbre umbrío de tu mirada,
Pueda ser que también lloraras.
En esta mesa pequeña de nervaduras plagada,
Una última carta escribiste,
Una última nota amarga,
Con tus manos coronadas de dones en esperanza.
Salió por tu pluma la hiel como herida rauda.
Que feral la decisión tomada,
¿Por qué Dios no pudo quebrarla?
Es incierto y no puedo comprenderlo,
Que al mundo privaras de tu palabra.
Por esta misma ventana, donde el río divisaras,
El mismo río que hoy miro,
Que juega con una garza,
Y en la aurora de ese día,
Que a la muerte te entregabas,
Cantaría como ahora,
Se oye cantar la calandria,
O el frescor de la arboleda deja fluir su fragancia,
Es un enigma la vida, como una rosa cortada.
Las rosas a veces llevan, una espina tan clavada;
Que quiebra hasta el corazón de un poeta de tu talla.

©ALBA OLIVA, poeta y escritora argentina
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA







2 comentarios:

  1. Bello poema, felicito tu creatividad. Saludos.

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  2. Espinelas.

    .

    AL: GRANDE POETA ARGENTINO

    Leopoldo Lugones

    1874-1938



    Rindo honor al gran Poeta

    contrapunto en la payada

    en esa estrofa soñada

    él logró cumplir su meta.

    Con sus letras y escopeta

    logra reputación de oro

    siempre-vivo con decoro

    dando al mundo su tonada

    modernista y renovada,

    de su letra, me enamoro.

    .

    Su poética completa

    consagraba su morada

    de “Dariana” alimentada,

    la pintura no es secreta.

    Advertimos, su faceta

    grande prestigio sonoro,

    en el fondo, guarda un lloro

    por su alma ya enajenada,

    aunque él cambio su morada

    de su letra, me enamoro.

    .

    En el Tropezón lo aprieta

    allí él se hizo su llamada

    dolió no fuese, aclamada

    su obra, volviese ¡secreta!

    Se fue el del rostro violeta

    en letras, dejo un tesoro

    que valorarlo yo imploro

    con gloria tiene ganada

    por tierna, culta y granada

    de su letra, me enamoro.

    .

    .

    Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano

    “Hombre de Maíz. 2009”

    Guatemala. C. A.

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