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domingo, 15 de noviembre de 2015

Camino de Santiago (Memorias del Camino: IV), Cesar Tamborini Duca, León, España

Camino de Santiago (Memorias del Camino: IV)
Trayecto Sahagún – Hospital de Órbigo



calle Cardenal Landázuri (León)
…”Es demasiado aburrido / seguir y seguir la huella, /andar y andar los caminos, / sin nada que lo entretenga”… La milonga campera de don Atahualpa Yupanqui intercalada en el trayecto anterior, lo fue por la influencia del entorno en mis recuerdos de niñez y adolescencia, por esa inmensa extensión de pampa plena de riqueza pero abrumadoramente monótona. Salvo en contados casos, en tramos que ya comenté y otros que serán descriptos, el Camino no necesita el “chirrido de los ejes” para combatir la monotonía, pues posee incontables lugares con encanto, sean provistos por la naturaleza o la industriosa mano del hombre. Y si en algún momento nos acecha la melancolía, ahí está el pensamiento para combatirla, o para engendrar en la memoria versos sueltos que luego serán pulidos para convertir en poesía.
30-III-2010: nos encontramos en Sahagún a 843 m sobre el nivel del mar, a las 10 a.m. con una temperatura de 1ºC. En este sitio –como les dije anteriormente- podemos apreciar la Iglesia de San Tirso, románico-mudéjar del siglo XII. La Iglesia de San Lorenzo, gótico-mudéjar del siglo XIII. El Monasterio de San Facundo del cual quedan en pie la torre del siglo XIX con su reloj, y la capilla de San Mancio del siglo XII que aparece integrada dentro del conjunto de los restos del Monasterio de San Benito.
Sahagún recibe su nombre del Santo Facundo (“Facundus”) que fuera martirizado junto a Primitivo y, según la tradición, eran hijos del Centurión leonés San Marcelo y de su esposa Santa Nonia. San Facundus derivó en “Sanfagund”, luego “Safagún” y por último Sahagún. A la salida pasamos por el Arco de San Benito (1662) y atravesamos el Río Cea por el Puente de Canto, mandado construir por Alfonso VI en el año 1.085, para desembocar en el “Prado de las Lanzas de Carlomagno”.

Arco de San Benito
La historia relata un hecho milagroso ocurrido en el lugar: Carlomagno perseguía al caudillo sarraceno Aigolando, que fue encontrado junto al Cea. La noche previa a la batalla algunos soldados cristianos clavaron sus lanzas en la tierra, y al amanecer las encontraron cubiertas de ramas. Las cortaron a ras de tierra y, de las varas cuyas raíces quedaron enterradas y que estaban hechas de fresno, nacieron los grandes bosques de la zona.
Desde Sahagún hasta El Burgo Ranero podemos apreciar las construcciones típicas en “tapial” y “adobe” (ladrillo de barro mezclado con paja y secado al sol) con sus fachadas enfoscadas con barro mezclado con paja trillada, lo que da un aspecto muy característico, como pudimos apreciar, entre otros sitios, en el albergue de El Burgo Ranero.
Continuamos el Camino hacia la última localidad mencionada por un sector compactado que se estrecha más adelante, convirtiéndose en un sendero también compactado. Durante el trayecto tuvimos viento en contra, mucho, mucho viento y hasta me permito adjetivarlo: un viento endemoniado (los argentinos de la llanura pampeana dirían que “el Pampero sopla con furia”), así todo el día y, lo que es peor, de oeste a este, es decir de frente, sin pausa y haciéndonos esforzar para dar cada paso. Bueno, no hay que exagerar, fueron solo 18 Km.
A la derecha vemos la autopista que, con sus terraplenes, impiden visualizar el paisaje; que de todos modos se aprecia a la izquierda con su monotonía de campos de sembradíos similares a la anterior etapa. Algunas lagunas y muchos charcos de agua jalonan el trayecto, y el sendero en algunos sectores estaba barroso, pues el día anterior había llovido. Todo este sendero compactado está flanqueado por una ininterrumpida hilera de plágtanos.

Ermita Virgen de Perales
En la lejanía, hacia el norte, se aprecian los Picos de Europa nevados. Cuando pasamos Calzada del Coto a nuestra izquierda cambia el paisaje por la construcción de las vías del tren de alta velocidad y, un poco antes de llegar a Bercianos del Real Camino está la Ermita de la Virgen de Perales, del s. XVII. A la salida de éste último pueblo y lindando con una charca-abrevadero, se encontraba en un altozano la Iglesia del Salvador, ahora destruida casi por completo.
31-III-10: Salimos de El Burgo Ranero una hora antes de la salida del sol, con el objetivo de llegar para desayunar en Reliegos, a 12,5 Km. Utilizando un término “tuerca”, la “copiloto” no suele equivocarse en más o menos 15 minutos sobre el tiempo planificado. Terreno sin dificultad, todo llano, con el sendero de tierra y pedregullo apisonado y la infaltable hilera de plátanos en todo el trayecto. Estos kilómetros se hicieron interminables por la monotonía del paisaje, sin nada que destacar excepto observar las sombras que nos acompañan, que ahora las vemos desplazadas unos 20º a nuestra izquierda (hacia el sur este) según el sentido de marcha, pues por esta zona el camino hace una curva hacia el norte con un sentido nor-oeste. Después de desayunar salimos hacia Mansilla de las Mulas, unos 6 Km con características similares.
Entramos en Mansilla de las Mulas por la Puerta del Castillo, actualmente desprovista de su Arco. Continuando la calle pasamos bordeando la Iglesia de Santa María, con su torre y sus nidos de cigüeñas; ésta es la única Iglesia abierta al público, de las 7 que existieron. Es una bonita ciudad en la que se observan paños de antiguas murallas hechas de argamasa y cantos rodados.
Salimos por el puente medieval sobre el Río Esla, del siglo XII y una longitud de 141 m, por un sendero paralelo a la Carretera Nacional 601. El tráfico es intenso, pues ya estamos cerca de la capital provincial, a solo 17 Km. Poco más adelante cruzamos la carretera a Mansilla Mayor y al Monasterio de Sandoval. Hacia el lado opuesto y a unos pocos Km de distancia hay otra población que no visitamos en esta ocasión porque significaba acumular más kilómetros a nuestra andadura; se trata de San Miguel de Escalada (lo conocemos por compartir asados con otro matrimonio argentino, Silvia y Osvaldo) con una antiquísima maravilla del mozárabe español muy bien conservada, la Iglesia de San Miguel de Escalada, construida en el siglo X por monjes procedentes de Córdoba y que merece la visita. Seguimos nuestro Camino y a poca distancia se encuentra, observando a la derecha, un cerro alargado en uno de cuyos extremos hay una cueva y en cuya cima están las ruinas de Lancia.

San Miguel de Escalada
Poco después bordeamos el pequeño poblado de Villamoros de Mansilla y a unos 2 Km se atraviesa el histórico puente sobre el Porma que da nombre al poblado siguiente: Puente de Villarente. Puente muy importante, extenso, pero hay que decirlo, sumamente peligroso para los peregrinos, muy expuestos al incesante tráfico automotor; es un sitio que requiere una solución urgente (al momento de editar este artículo, la solución está dada con la construcción de una pasarela). Había comenzado a lloviznar poco antes, de modo que decidimos parar en una cafetería.
Como continuaba lloviendo, ahora con más intensidad y sin visos de parar, nos colocamos los chubasqueros y decidimos seguir; fueron 4,6 Km hasta Arcahueja con lluvia; en determinado momento le comenté a Patricia “pero ésta es agua seca”; “es que está granizando”, me dijo; efectivamente era un granizo muy pequeño, insignificante; pero el fuerte viento desde la izquierda hacía que el agua y granizo nos castigara con más fuerza, de modo que al llegar a ese pueblo estábamos empapados.


Puente Castro
Además, como diría un adicto argentino al “turf”, “la cancha estaba barrosa” y en algunos sitios teníamos que salir del sendero y entrar en el pastizal del campo. Después de una breve escala en Arcahueja continuamos el camino, ahora con la llovizna acompañada de un fuerte viento de frente, que afortunadamente cesó después de recorridos unos 400 metros.
Encaramos unas pequeñas cuestas y luego el Alto del Portillo, que no plantea mayores dificultades excepto por el viento de frente agregado a lo exhaustos que estábamos. Desde esta altura ya se divisa León. Llegamos a Puente Castro para cruzar el Río Torío por un puente peatonal que nos permitió observar desde unos 100 m. el antiguo y hermoso puente con sus 10 ojos.
Entramos al centro de la ciudad por el Bº de Santa Ana, Puerta Moneda (donde antiguamente estaban los ‘cambistas’), Plaza del Mercado, Calle de la Rúa, Plaza de San Marcelo y Calle Ancha hasta llegar a la Plaza de Regla y Catedral, donde nos esperaban para darnos vítores de bienvenida, nuestros hijos Juan Manuel y Facundo. Si cruzamos la calle Ancha y seguimos la continuación de la calle La Rua (por las calles Ruiz de Salazar o por la de El Cid) llegaremos a la Real Colegiata de San Isidoro, Basílica dedicada al santo sevillano cuyas reliquias fueron rescatadas de manos musulmanas en el siglo XI y conducidas a León. Su cripta contiene cuerpos de Reyes Leoneses y se la conoce como la capilla sixtina del románico por las pinturas que la decoran.


San Isiidoro

A muy pocos metros de la Plaza de San Isidoro en la calle de El Cid hay un edificio de exquisita fachada blasonada; al lado una placa nos indica el lugar donde nació Alfonso Pérez de Guzmán (apodado “El Bueno”) fundador de la Casa de Medina Sidonia; al entrar a la ciudad cruzando el Río Bernesga por el Puente de los Leones nos enfrentamos a la estatua en homenaje a este personaje leonés, que en actitud desafiante extiende el brazo como arrojando un cuchillo. Para algunos fue el héroe del sitio de Tarifa que al ser conminado para rendir la plaza bajo amenaza que se degollaría a su hijo prisionero, respondió arrojando su daga… acción que hoy consideraríamos ejemplo de barbarie. Sucedía en esas épocas, en la que murió el hijo menor del “héroe”.
En estos dos días de caminata, totalizamos 54 Km. Permanecimos un par de días en la capital provincial antes de emprender la última etapa de este trayecto.
4-IV-10: El trayecto que emprendemos hoy no tiene ninguna característica que lo haga especial, salvo la obligada visita al Santuario de la Virgen del Camino. Son los dos extremos de esta etapa (León y Hospital de Órbigo) los que confieren características únicas que merecen detallar.
Aunque un aspecto a tener en cuenta es la falta de ‘mantenimiento’ del Camino, que se aprecia cuando se hace presente la lluvia, pues en seco pasa inadvertido. Una vez superada Virgen del Camino y en dirección a Valverde de la Virgen, el sendero está jalonado de huellas profundas que lo convierten en un barrizal y obligan a transitar fuera del mismo, sobre la hierba, principalmente el acceso y la salida de un túnel bajo la autopista; con muy poco dinero y esfuerzo se puede solucionar: un simple volcador con cascotes para rellenar los 2 o 3 sitios que lo hacen intransitable.
Catedral de León
Pero vamos a recrearnos en León para detallar algunos de los muchos sitios que merecen
Guzmán el Bueno
una visita, comenzando con la “Pulchra Leonina”, Catedral de Santa María de la Regla (una de las 4 Catedrales que en el siglo XV se consideraban con más grandeza), cuya magnificencia enmarcan los 1.800 m2 de vidrieras policromadas de origen medieval (125 ventanales), las cuales, una vez dentro, crean un indescriptible espectáculo luminoso.
La espectacularidad está asegurada si la llegada a León coincide, como en nuestro caso, con la Semana Santa y los distintos “Pasos” que acompañan en procesión tan religiosos días, simultáneamente con profanos actos como la veneración de “Genarín” o la costumbre de beber ‘limonada’ como rememoración de la bárbara costumbre de ‘matar judíos’ cuya crónica pueden leer en
El Hostal San Marcos, hoy uno de los Paradores más lujosos de España y que fuera en un tiempo albergue para hospedar a los pobres, fue convertido en cárcel durante la Guerra Civil. A continuación se encuentra un Puente antiguo –ahora solo peatonal- sobre el río Bernesga en el camino de salida, pero antes debemos visitar el Palacio del Conde Luna, Iglesia Santa Marina La Real, Palacio de los Guzmanes (donde actualmente se encuentra la Diputación), Iglesia de San Juan y San Pedro de Renueva, porque son hitos importantes a tener en cuenta.
La gastronomía es excelente y sus platos abundantes, muchos de ellos basados en potajes, ideales para la climatología del lugar, siendo el mejor exponente el “cocido leonés”. No dejar de probar la morcilla leonesa untada sobre una rodaja de pan, servida como tapa en muchos bares. Claro que es imprescindible visitar en la noche su “Barrio Húmedo”, posiblemente el mejor sitio de toda España para beber una copa acompañada de tapas dignas de su nombre, a un precio muy económico.
La Plaza Pícara Justina si bien no posee ninguna característica digna de mención, debemos recordar sin embargo que rememora la novela del mismo nombre publicada en 1605 y atribuida a Francisco López de Úbeda; el personaje de Justina aparece como mesonera de la villa de Mansilla de las Mulas y recrea sus costumbres y tradiciones.

Puente de paso Honroso
Finalmente llegamos a Hospital de Órbigo, lugar al que arribamos atravesando el célebre puente medieval del siglo XIII, donde ocurrió el hecho que menciona Cervantes en su “Don Quijote de la Mancha”. En Puente de Órbigo el caballero don Suero de Quiñones decide, por amor a su dama doña Leonor de Tovar, desafiar en nombre de Santiago a todos los caballeros que pasaran por el puente (denominado “del passo honroso”), en célebre Justa Medieval ocurrida entre el 10 de julio y el 10 de agosto de 1434, donde Don Suero y sus amigos “rompieron lanzas” de 300 caballeros franceses, alemanes, italianos y españoles que acudieron a la cita.
En estos 3 días, si tenemos en cuenta la guía de la Red de Albergues del Camino, desde Sahagún hasta Hospital de Órbigo totalizamos 91,655 Km que me permitieron describirlos con el siguiente soneto:

PARA PATRICIA, GUIA SANTIAGUINA

Un soneto me manda hacer mi amigo
del Camino que a Santiago me acompaña
recorriendo de este a oeste toda España;
fue Patricia quien me dijo ¡ven conmigo!

Navarra, Roncesavalles, su montaña
Pamplona y su viñedo hasta Logroño
maravilla causa verlos en otoño
apoyados en un báculo o una caña.

En Palencia vimos “Campos”; son sus “Pampas”
que no nombran en ninguno de sus mapas.
Conjuntados con la sombra sempiterna

terminamos esta etapa en León, la eterna.
Más de un tercio nos queda todavía
para llegar a Santiago con mi guía.



Molino Galochas
Nota aclaratoria: Desde Virgen del Camino hasta Hospital de Órbigo el Camino discurre a la vera de la Nacional 120 careciendo de motivos de atracción. Como nos enteramos de un camino alternativo – interior- tiempo después decidimos transitarlo. Fuimos un día de verano en autobús hasta Virgen del Camino donde comienza la bifurcación, casi en horas del mediodía. Si me permiten la conocida expresión, “sudamos la gota gorda” haciendo kilómetros bajo un sol abrasador sin un solo árbol que nos permitiera un descanso cobijados por su benefactora sombra, con 5 poblaciones intermedias (Fresno del Camino, Oncina de la Valdoncina, Chozas de Abajo y Villar de Mazarife) y calles a puro campo. Pero merece la pena esta derivación para pasar por la última población muy cerca ya de Hospital de Órbigo, Villavante, y conocer el Molino Galochas ubicado sobre el canal de la Presa Cerrajera, molino harinero que fue reconvertido en Casa Rural. Es un sitio muy acogedor y sus dueños, Máximo y Mercedes, dos personas encantadoras con las que da gusto platicar.
©César J. Tamborini Duca, poeta y escritor argentino
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA


1 comentario:

  1. Un precioso paseo César Tamborini Duca,para quienes lo conocemos por mentas de los que lo han frecuentado.....El valor de lo tuyo,es el detalle, las precisiones, lo poético y anecdótico del mismo.Es para leerlo varias veces y gozarlo!!!!!

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