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viernes, 31 de octubre de 2014

"UN RECORRIDO EN TODOS LOS SANTOS", de SALOMÉ MOLTÓ, Alcoy, Alicante, España


Imagen de: hilandorecuerdos.blogspot.com


UN RECORRIDO EN TODOS LOS SANTOS

            En estas fechas, mejor el 1º de noviembre lo denominamos el día de Todos los Santos, es la fecha emblemática para que todos acudamos al cementerio a visitar a nuestros antepasados que yacen en tumbas y nichos desde hace más o menos tiempo.
            Y como cada año llevo a mi madre a visitar el nicho de sus padres, mis abuelos. El falleció en marzo de 1953, ella veinte años después. Limpiamos el mármol y las fotos, cambiamos las flores y les mandamos un profundo recuerdo, cada año el mismo. Mi madre les dice que ya poco tardará para reunirse con ellos, yo me siento mal, tiro de ella para alejarnos de la calle del cementerio donde yacen tantos fallecidos cercanos en el tiempo como muy alejados. No nos disfrazamos como los ingleses con esas caras de vampiros y de monstruos, nuestra sensibilidad es otra.
.-Mira el médico que me asistió en tu parto, murió muy joven, ya yace su esposa con él. ¡Ah Marita que nos daba el catecismo en la catequesis!, me alegra venir a verla cada año. Mi madre recorre toda la calle llena de nichos a derecha e izquierda constatando la gran cantidad de personas de su infancia y juventud, por momentos me da la impresión de que tiene más gente allí que en la vida real. Yo siento el bullicio de la Feria de Cocentaina, una feria que data del medievo, con sus representaciones medievales, sus barracones ofreciendo embutidos, turrones, dulces caseros, artesano que conmemoran viejas costumbres olvidadas por la voraz tecnología que nos hace perder grandes valores en pro de un modernismo que muchas veces apenas entendemos.  Y quiero irme de allí, pero  mi madre sigue impertérrita su paseo, ¡0h Rosita venía conmigo al colegio, luego íbamos a casa de la modista a aprender a coser!.
Me doy por vencida y la acompaño silenciosamente mientras la imagen de Eduardo Zamacoi y de su libro “Sobre el abismo”, me llega su imperecedero mensaje cuando dice “Desde que nacemos, empieza a generarse en los profundos de nuestro organismo la enfermedad que ha de matarnos. La muerte no descansa: ella avanza como araña sutil a lo largo de las arterias, se cristaliza en los huesos, se hospeda en el corazón que, según late, va gastándose, se afirma y entroniza, fatigados por los deleites del amor y las crueldades del trabajo...”
Aprieto la mano de mi madre a la que sujeto para que pueda caminar, que junto a su bastón hacemos fácil su movimiento y subimos al coche, camino de casa sintiendo este año con más fuerza, la desolación que me causa la visita anual a la tumba de los abuelos.


©SALOMÉ MOLTÓ, poeta y escritora de Alcoy, Alicante, España.
MIEMBRO HONORÍFICO DE ASOLAPO ARGENTINA ARGENTINA 




2 comentarios:

  1. Salomé Moltó, entrañable amiga, tu relato que nos trae el recuerdo de las amarillentas fotos que nuestras abuelas guardaban en los arcones de grandes herrajes,son como las flores marchitas de un libro,la primera carta de amor,los ahora ignorados juegos infantiles, nuestro primer Sobresaliente en la Primaria......Representan el modo de vida de los abuelos...Quién recuerda aún el ir a orar a la tumba de los abuelos,las reuniones familiares,la primera comunión.......? Por eso, nos resulta tan emocionante el relato de costumbres itálicas, españolas,etc...que es una suerte queden documentadas con tanto cariño y arte. Yolanda Elsa Solís Molina.

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  2. Nadie como Salomé para lograr la forma más sencilla, detallada y sensible de describir la simpleza de una anécdota cotidiana. En este texto logra una unión íntima entre la descripción, los recuerdos, lo cotidiano, lo íntimo y una filosofía de vida absolutamente profunda.
    Marián Muiños

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